Cuando ya pensábamos que tener un huerto en Holanda era misión imposible, va nuestro jardín y nos sorprende...
¡¡Un tomate!!
Como éste hemos encontrado dos más en las otras tomateras... y lo extraño es que estén en todo su esplendor en pleno otoño, ya que la temperatura ha descendido bastante en los últimos días.
Tomatera
También, por la llegada del frío, decidimos recolectar las patatas aún sabiendo que teníamos que esperar a que la planta se secase, cosa que veíamos difícil con la humedad de las noches, y ¡mirad qué sorpresón!
Pues aún hemos dejado otra planta de patata sin recolectar porque vimos que la piel se desprendía con mucha facilidad, señal de que les falta aún un poco.
Y ¿qué me decís de nuestra lechuga?
Sinceramente, no apostábamos mucho por ella porque la plantamos ya tarde pero, desde el principio, enganchó bien a la tierra y ya hemos disfrutado de ella en una rica ensalada... Lo bueno es que cortas sólo las hojas que necesitas y el resto de lechuga sigue en el huerto "criándose".
De las caléndulas sólo podemos decir maravillas, porque desde que las trasplantamos no han parado de echar flores.
"Otro pasito más para nosotros y un gran salto en el éxito de nuestro jardín comestible".
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